La Asamblea General de Naciones Unidas decidió, en diciembre de 2019, que el 2021 sería el Año Internacional de las Frutas y Verduras, “considerando la urgente necesidad de aumentar la conciencia de los beneficios que conlleva el consumo de frutas y verduras para la nutrición y la salud, así como de promover dietas saludables mediante el aumento de la producción y el consumo sostenibles de frutas y verduras”, según se indica en la resolución aprobada entonces.
Puedes consultar la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas para la convocatoria del Año Internacional de las Frutas y Verduras , aquí.
La semFYC ha querido recordar la importancia del consumo de estos alimentos aprovechando el Día Mundial de la Nutrición, que este año celebra su XXI edición. Fomentar el consumo de las frutas y verduras es algo que debemos hacer como médicos de familia, recordar a nuestros pacientes la necesidad de su ingesta diaria. Y el Año Internacional de las Frutas y Verduras (AIFV) ofrece una gran oportunidad para sensibilizar sobre la importancia de las frutas y verduras para la nutrición humana, la seguridad alimentaria y la salud.
Alimentación y salud:
Las frutas y hortalizas son buenas fuentes de fibra dietética, vitaminas y minerales (por ejemplo, ácido fólico, vitaminas A y C, potasio) y sustancias fitoquímicas beneficiosas.
Como parte de una dieta saludable, las frutas y hortalizas pueden ayudar a reducir los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles, como el sobrepeso y la obesidad, inflamaciones crónicas, hipertensión y colesterol alto.
MENSAJES CLAVE
- Aprovechar la bondad. El consumo de frutas y las verduras ofrecen enormes beneficios para la salud de cada una de las personas y, por ende, de toda la comunidad. Entre estos beneficions detacan: el fortalecimiento del sistema inmunitario, que son esenciales para luchar contra la malnutrición en todas sus formas y para la prevención general de las enfermedades no transmisibles, entre otros.
- La importancias de llevar una dieta diversa. Una dieta saludable y diversificada implica consumir cantidades adecuadas de fruta y verdura a diario.
- Respetar los alimentos de la granja a la mesa. Lamentablement las frutas y verduras son alimentos perecederos, lo que exige que se preste una atención especial al producto para mantener su calidad e inocuidad mediante el tratamiento y la manipulación correctos. Esta es una de las claves que atañe a toda la cadena de suministro: producción, recolección, manipulación, distribución, comercialización… y así hasta su consumo final. Esta cadena debe orientarse a minimizar la pérdida y el desperdicio.
- Innovar, cultivar, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos. Presisamente para garantizar el minimo desperdicio y el mantenimiento de la calidad de los productos durante su circulación por la cadena de suministro es importante aplicar innovación, tecnologías mejoradas e infraestructura eficientes.
- Fomentar la sostenibilidad. Las cadenas de valor sostenibles e inclusivas pueden ayudar a aumentar la producción y la disponibilidad, inocuidad y asequibilidad de las frutas y verduras, así como el acceso equitativo a ellas, a fin de fomentar la sostenibilidad económica, social y ambiental.
- Prosperidad creciente. El cultivo de frutas y verduras puede mejorar la calidad de vida de los agricultores familiares y sus comunidades. Genera ingresos, crea medios de vida, mejora la seguridad alimentaria y la nutrición y potencia la resiliencia a través de la gestión sostenible de los recursos locales y el aumento de la agrobiodiversidad.
Pero también para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. “Reconociendo que el sector de la agricultura está ligado indisociablemente a la totalidad del sistema alimentario y que la digitalización y las tecnologías agrícolas pueden añadir valor en todo el sistema alimentario al mejorar la sostenibilidad del almacenamiento, el transporte, el comercio, el procesamiento, la transformación, la venta al por menor, la reducción de los desechos y el reciclaje, así como las interacciones entre estos procesos”, indica Naciones Unidas.
Entre los objetivos del AIFV destacan promover dietas y estilos de vida saludables, equilibrados y diversificados mediante las frutas y verduras; reducir la pérdida y el desperdicio en los sistemas alimentarios de las frutas y verduras; y difundir buenas prácticas para el la producción sostenible.
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