La semFYC pide una Ley General de Atención Primaria para blindar este nivel asistencial

La semFYC abre su congreso anual reclamando una Ley General de Atención Primaria. Se trata de una propuesta surgida de un trabajo desarrollado internamente por la sociedad y que dió lugar al Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria 2022-2023, hecho público el pasado mes de mayo coincidiendo con el Día de la Atención Primaria. Tras varias reuniones en el Ministerio y un debate conjunto entre los presidentes de las 17 sociedades autonómicas representadas en la Junta Directiva, ese mismo estudio se cristaliza ahora en la necesidad de impulsar una ley de Atención Primaria.

«La situación actual de la AP de nuestro país, la desgobernanza en algunas de las CCAA, y la falta de planificación de los gestores en la mayoría de ellas, entre otras y diversas causas, nos están llevando a una situación crítica”, señala la presidenta de la semFYC, María Fernández, para quien “es el momento de pedir una ley que proteja la salud de la ciudadanía, la salud de todas las personas, con una Atención Primaria de calidad como garante”.

Los ejes principales de la propuesta de Ley General de Atención Primaria que esboza la semFYC se fundamentan en valores tan importantes para la sociedad científica como el  acceso universal a una Atención Primaria pública que asegure la accesibilidad, la coordinación de la AP con el resto de los agentes sociales y de salud, la capacidad resolutiva de los EAP, y la eficiencia y la sostenibilidad del nivel asistencial; las mejoras organizativas, el desarrollo de una cartera de servicios; y el blindaje de la financiación.

Defensa del modelo de “Mi médico/a”

“Pedimos una aproximación a la gestión de la sanidad independientemente de la ideología”, señala María Fernández, quien apunta al valor que tiene el médico de familia para cada persona individual como modo de reforzar la idea del necesario pacto político: “La población es la primera interesada en defender la Atención Primaria y en asumir que su médico somos nosotros. Al igual que un ciudadano no habla de mi cardiólogo, mi neurólogo, mi traumatólogo, sí habla de mi médico o mi médica, y esos solo podemos ser nosotros”.

“Vemos con verdadera preocupación cómo, a partir del documento de reforma y mejora de la Atención Primaria propuesto por el Ministerio, muchas Comunidades Autónomas están llevando a cabo planes dirigidos al cierre de puntos de Atención Primaria, orientando la concentración de la actividad asistencial en los servicios hospitalarios o, incluso, en la privatización. Este tipo de iniciativas constituye una vulneración del principio de equidad con el que se planteó el Sistema Nacional de Salud: no hay equidad en el cierre de dispositivos de proximidad ante una sociedad cada vez más envejecida y vulnerable frente a crisis de cualquier índole, puesto que la proximidad permite incrementar la accesibilidad”.

La semFYC defiende que esta futura Ley General de Atención Primaria debiera incorporar principios que garanticen una Atención Primaria pública, accesible y próxima, universal, equitativa y de calidad.

Blindaje presupuestario conforme la OMS

El presupuesto en Sanidad debe incrementarse hasta alcanzar el 10% del PIB en Salud. Se trata de una media a nivel global que se alcanzó durante la pandemia de COVID, según el informe global de 2020 de la OMS, Global spending on health: Weathering the storm. Sin embargo, España todavía queda lejos de ese nivel de inversión: según datos extraídos de Estadística de Gasto Sanitario Público de 2020 del Ministerio de Sanidad, en 2018 el presupuesto en Sanidad representaba el 5,9% del PIB; en 2019, representaba el 6% y en 2022, en pandemia, ascendió al 7,5%, con un presupuesto de 83.811M de euros. Esta cifra representa una inversión de 1.770 euros por habitante.

A partir de estos mismos datos, estaríamos hablando de que un 10% de la inversión en 2020, equivaldría a contar con un presupuesto en Sanidad de 111.748 M de euros, y 2.360 euros al año por habitante invertidos en Sanidad.

Conforme este mismo marco de referencia, en cuanto a escenario económico, la Atención Primaria queda mucho más rezagada.

Sin datos globales de la OMS para 2020, en el informe Global expenditure on health: Public spending on the rise? se señala que el gasto en Atención Primaria de salud (APS) representó el 3,1% del PIB en promedio durante 2019. Sin datos oficiales que remitan a este cálculo directamente, si se establece que el gasto público consolidado de Sanidad de 2020 (83.811M de euros) significó un 7.5% del PIB, de modo que los 12.022M de euros de gasto en Atención Primaria significaría el 1,08% del PIB. Según este mismo cálculo, de los 1770 euros de presupuesto de Sanidad que se invierte en cada persona en nuestro país, la Atención Primaria recibe solamente 253,89 euros.

Conforme a estos cálculos, alcanzar el mencionado 3,1% de la OMS —partiendo de la idea de que el presupuesto general de Sanidad debiera crecer hasta el 10% del PIB y alcanzar los 111.748M de euros— habría situado el gasto en Atención Primaria en los 34.641,88M de euros en el consolidado anual; lo que significaría estar invirtiendo en Atención Primaria 731,60 € por personal al año.

“Nos hemos cargado de motivos para defender que las cuentas de la Atención Primaria en España se tienen que revalorizar. Y lo peor es que la realidad traspasa las cifras y este déficit de inversión y atención repercute directamente en la salud de la ciudadanía en términos de accesibilidad y calidad. Lo que se traduce en esperas que antes no existían, en consultas masificadas, en menos tiempo por paciente, en definitiva, en menor calidad asistencial”.

En Andalucía, donde en 2020 se registró un gasto sanitario público consolidado de 11.858M de euros en gasto sanitario, se invierte en sanidad un 7,9% de su Producto Interior Bruto; una inversión de 1.398 € por habitante, al año. Si en Andalucía se hubiese invertido en Sanidad una cantidad representativa del 10% de su PIB en 2020, el gasto consolidado en sanidad hubiera sido de 15.010,13M de euros.

“En lo económico, la invisibilidad de la actividad clínica y preventiva que se desarrolla en Atención Primaria ha hecho mucho daño, y aquellos que estamos en este ámbito debemos ser los principales evangelizadores de las virtudes de este nivel asistencial que la propia OMS reivindica como el más eficiente”, explica María Fernández.

La presidenta de la semFYC hace referencia al hecho de que la OMS ha señalado que ampliar las intervenciones en Atención Primaria de la salud (APS) en los países de ingresos bajos y medianos podría salvar 60 millones de vidas y aumentar la esperanza de vida en 3,7 años para 2030.

Catálogo de prestaciones y servicios

En el planteamiento del Sistema Nacional de Salud se diseña un catálogo de prestaciones dirigido a los ciudadanos en el que se integra una visión de servicio preventivo, diagnóstico, terapéutico, de rehabilitación y de promoción y mantenimiento de la salud. La visión de la semFYC incluye la necesidad de incluir la actividad comunitaria impulsada desde Atención Primaria como activo en salud

Pero no solamente se valoran cambios en el ámbito de las prestaciones, “el catálogo de servicios debe crecer hasta alcanzar un modelo de catálogo óptimo, y no mínimo”, señala María Fernandez. En dicho catálogo se deberían incluir todos aquellos servicios que permitan mejorar la gestión del paciente crónico complejo y con multimorbilidad, las prácticas de conciliación, medicación y deprescripción, y tecnologías de diagnóstico por imagen como la ecografía (de la cual se ha demostrado que incrementa un 60% la capacidad de resolución de los problemas de salud de las personas en una primera visita en la consulta de Medicina Familiar y Comunitaria; y, por lo tanto, disminuye las derivaciones hospitalarias), entre otros.

Ministerio y sociedades científicas hablan de la mejora de esta cartera de servicios desde que en 2018 se propusiera el primer Plan de Reforma de Atención Primaria, que quedó desfasado por la irrupción de la covid19.

Verano caliente: vacaciones, suplencias y continuidad asistencial en centros de salud

En esta edición, el congreso de la semFYC coincide en fechas con uno de los periodos del año más complejos para la gestión de las consultas de Medicina Familiar y Comunitaria en Atención Primaria. En los meses de verano, a la carencia casi crónica de profesionales se le suma lo complejo de la planificación de los turnos de vacaciones del conjunto de facultativos. Esta doble coincidencia está llevando a que varias Consejerías (Andalucía, entre ellas) hayan anunciado el cierre de las consultas de tarde en los centros de salud.

“Vaya por delante que los Centros de Salud no cierran en la inmensa mayoría de los casos. Lo que sucede es que no se programan visitas ordinarias y se mantiene la atención continuada para urgencias”, señala la presidenta de la semFYC, María Fernández, defendiendo el valor de proximidad y continuidad asistencial de la Atención Primaria.

La presidenta de la semFYC remarca el desgaste que estas deficiencias de gestión implican a nivel profesional: “Aquellos especialistas que prestan el servicio de atención continuada son, por lo general, los médicos que por la mañana están haciendo consulta ordinaria, que ven cómo su jornada se prolonga durante dos turnos, uno de ordinario y otro de guardia.”

Esta es una de las consecuencias prácticas que la “falta de planificación endémica” ha conllevado en el colectivo profesional que trabaja en Atención Primaria.

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